domingo, 26 de abril de 2009

Aprende a crear un cuento





Características del cuento según Julio Cortázar

No hay leyes para escribir cuentos; sólo cabe hablar de puntos de vista, ciertas constantes que le dan una estructura al género; de por sí, no susceptible de ser encasillado.
Es una síntesis viviente y a la vez una vida sintetizada, una fugacidad en una permanencia, dado que el género se mueve en un plano donde se desencadena una batalla entre la vida misma y la expresión escrita.
El cuento parte de la noción de límite; en primer término de límite físico. En efecto, el cuentista se ve precisado a escoger y limitar una imagen o un acaecimiento que sea significativo, que no solamente valga por sí mismo sino que sea capaz de actuar en el espectador o en el lector como una especie de apertura.
En un buen cuento, existe cierta tensión, que debe manifestarse desde las primeras palabras o escenas.
La estructura del cuento está conformada por tres elementos:
Significación + intensidad + tensión
Significación:
Este elemento, parece residir principalmente en su tema, en el hecho de escoger un acaecimiento real o fingido que posea esa misteriosa propiedad de irradiar algo más allá de sí mismo.
No hay temas, por sí mismos significativos; lo que hay es un lazo entre cierto escritor y cierto tema en un momento dado.
Se ve determinada, en cierta medida, por algo que está fuera del cuento en sí, por algo que está antes y después del tema. Antes del tema, está el escritor, con sus valores humanos y literarios; lo que se encuentra después del tema nos conecta con el segundo y tercer elemento de la estructura del género:
Intensidad y tensión:
La significación no reside solo en el tema del cuento; la idea de este primer elemento no puede tener sentido sino en relación con la idea de intensidad y tensión, que ya no apuntan al tema, sino al tratamiento literario que se le da, la forma en que el cuentista, frente a su tema, lo ataca y sitúa verbalmente y estilísticamente, lo estructura en forma de cuento, y lo proyecta en último termino hacia algo que excede el cuento mismo.
El cuento debe crear un clima propio que permita que el lector pueda revivir esa convicción que llevó a su autor a escribirlo; lo cual solo es logrado mediante un estilo basado en la intensidad y la tensión, un estilo en el que los elementos formales y expresivos se ajusten a la índole del tema fijándolo, para siempre, en su tiempo y en su ambiente.
La intensidad consiste, entonces, en la eliminación de todas las ideas o situaciones intermedias, de todos los rellenos o fases de transición que la novela permite e incluso exige; prescindiendo, por ejemplo, de toda descripción de ambientes.
La intensidad adquiere el nombre de tensión, cuando se ejerce en la manera con que el autor nos va acercando lentamente a lo contado; sin saber, todavía, lo que va a ocurrir en el cuento, sin embargo no nos deja sustraernos de su atmósfera.
Tanto la intensidad de la acción como la tensión interna del relato son producto del oficio de escritor. La clave de un cuento eficaz, se halla en la tarea de escribir intensamente, mostrarlo intensamente, de manera que haga blanco y se clave, en la memoria del lector.
El tema es siempre excepcional, lo cual no ha de implicar que deba ser extraordinario, fuera de lo común, misterioso o insólito. Lo excepcional reside en una cualidad del tema, en virtud de la cual, es susceptible de atraer un sistema de relaciones conexas, que se despiertan en el autor, y luego en el lector, vinculándolos con nociones, entrevisiones, sentimientos e ideas que flotaban en su memoria o sensibilidad.
Son algutinantes de una realidad infinitamente más vasta que la de su mera anécdota.
Un buen cuento genera una apertura de lo pequeño hacia lo grande, de lo individual y circunscripto a la esencia misma de la condición humana.
Debe crear un clima propio, que permita que el lector puede revivir esa conmovición que llevó a su autor a escribirlo, lo cual solo es logrado es mediante un estilo basado en la en la intensidad y la tensión, un estilo en el que los elementos formales y expresivos se ajusten a la índole del tema, fijándolo, para siempre, en su tiempo y en su ambiente.
El éxito de un cuento depende de que su nacimiento tenga origen en una motivación entrañable, traducida en una profunda vivencia, que debe lograse con los instrumentos expresivos y estílisticos susceptibles de hacer posible la comunicación.
Es preciso tener presente la advertencia de que no debe escribirse un cuento pensando en que el mismo sea accesible a todo el mundo, porque el lector preferirá salirse de su pequeño mundo circundante, deseoso de que se le muestre otra cosa, algo más que un cuento popular mal escrito.
Nivel: Tercero medio
Dificultad: Media- Avanzada

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